EMILIANO CORAZON de SUPERHEROE

Publicado en por Luisa/Las Tuerk's

Los pilotos parecen súper héroes. Porque se visten con caros buzos antiflamas multicolores, manejan a más de 200 kilómetros por hora, firman autógrafos, aparecen en los diarios, las revistas y la tele, están casi siempre rodeados de mujeres… Parecen súper héroes. Pero no lo son. Son personas comunes y corrientes a las que les tocó en suerte trabajar de corredores de autos. Y a ellos, como a cualquiera en este mundo, les pasan cosas. Es raro aclararlo pero hay quienes creen que Angelina Jolie  no va al baño, que a Tinelli nunca lo presionan del banco, que Guillermo Francella jamás se pone serio o que para Marcos Di Palma la vida es una risa las 24 horas del día. Eso es porque el traje de ídolo no es inmune a los problemas cotidianos.

Emiliano Spataro, súper héroe para muchos por haber ganado los dos últimos campeonatos de Top Race de manera contundente, es una persona común y corriente. Gran tipo, a veces algo canchero, pero recontraquerible para quienes lo conocen de cerca. Los otros pilotos lo respetan por su rapidez, los amigos por su lealtad, los periodistas por su siempre buena predisposición, los hinchas por su simpatía, los enemigos por su valentía para enfrentarlos pese a su diminuto tamaño, la familia por sus convicciones y sobre todo por su corazón. Un corazón que se partió en los últimos días por un problema de salud de un ser cercano y adorado.

El alma destrozada no le impidió al campeón ir a cumplir el compromiso que tenía en Salta. Las personas comunes y corrientes sabrán de qué se trata eso de tener que presentarse a trabajar, a estudiar o a lo que sea aún cuando la vida les mete un cachetazo. Porque eso de que para algunos tipos la vida es un cuento de hadas, es simplemente eso: un cuento. Nadie nace a prueba de golpes y a la gente más feliz del mundo por momentos le toca ser la más infeliz. La diferencia la hacen los que le ponen el pecho a las balas con las mismas ganas o más que cuando todo sale derecho. Spataro es uno de esos. Sólo así se entiende su rendimiento superlativo en la pista durante todo el fin de semana cuando su cabeza y su corazón estaban a casi dos mil kilómetros de distancia.
La parte más increíble de la historia, la que lo hace digno de admiración, es que aprovechó la conferencia de prensa de los que subieron al podio para pedir perdón. ¡Pedir perdón! ¿Perdón por qué? Según dijo, quería disculparse con el público y con
los periodistas por no haber estado demasiado tiempo en el  box por su estado de ánimo. Como si fuera una obligación tener que sonreír para las fotos incluso cuando no hay motivo para sonreír. Como piloto ya había pruebas de que Emiliano no era común y corriente. Como persona, por cómo vive y por su actitud de este fin de semana, parece un súper héroe. Y quizá lo sea de verdad

Etiquetado en Novedades

Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post